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ALUMINIO LACADO EN COLORES PARA LOS TOLDOS

 

 

El aluminio es un elemento químico que en su estado puro es blando y tiene poca resistencia, pero puede formar aleaciones con otros elementos para aumentar su resistencia y adquirir nuevas propiedades. Las aleaciones de aluminio son ligeras, fuertes y fáciles de ensamblar, aceptando gran variedad de acabados.

Por sus propiedades físicas, químicas y metalúrgicas, el aluminio es el metal de mayor uso en la fabricación de toldos, ya que ofrece numerosas ventajas:

 

  • Prácticamente no conlleva mantenimiento. En cuanto a limpieza, el aluminio lacado apenas atraen la suciedad y en cuanto a las reparaciones, es difícil que el perfil se rompa y las averías son escasas.
  • El proceso al que se somete el aluminio lacado garantiza la correcta adherencia de la pintura e impide su corrosión.
  • Su ligereza permite su adaptación a cualquier tipo de toldo, y aunque es un material con poco peso, es muy resistente tanto a los cambios climáticos, como a los impactos que pueda recibir
  • Permite cualquier tipo de lacado en una amplia gama de colores.

 

Respecto a éste último aspecto, el proceso de protección que se da al aluminio, conocido como lacado, supone la aplicación de revestimiento orgánico o pintura sobre la superficie del aluminio. Existen diferentes sistemas de lacado para el aluminio, pero el que se aplica a los perfiles de aluminio, consiste en la aplicación electrostática de una pintura en polvo a la superficie del aluminio. Las pinturas más utilizadas son las de tipo poliéster por sus características de la alta resistencia que ofrecen a la luz y a la corrosión. El proceso de aluminio lacado exige una limpieza profunda de la superficie del material, con disoluciones acuosas ácidas, para eliminar suciedades de tipo graso. Este proceso consigue una mayor adherencia a las pinturas. Mejora la resistencia a la corrosión y a los rigores meteorológicos.

Para el aluminio lacado, los perfiles pasan por una serie de fases:

  • Desengrasado, para limpiarlo de grasas e impurezas
  • Aclarado, para eliminar sobrantes
  • Cromatizado, para maximizar las prestaciones de resistencia a la corrosión y favorecer el agarre de la pintura.
  • Lavado y secado al horno, para que lleguen preparados a la cabina de pintura.
  • Pintura en cabina, donde se pulveriza con el polvo de resina, para la correcta adhesión de la pintura
  • Termoendurecimiento, que proporciona una película protectora uniforme.

 

Así pues, el aluminio lacado para los perfiles de los toldos es un tratamiento que, además de proporcionar una protección extra frente a la corrosión natural, también nos permite obtener una amplísima variedad de colores, adaptándose así, a la estética de cualquier edificio, vivienda unifamiliar o negocio.

No debemos dejar de lado, que aunque un toldo cumple una función primordial de protegernos del sol, también cabe destacar que su función decorativa cada vez adquiere mayor relevancia. Es indudable que el color blanco sigue siendo el rey a la hora de elegir un aluminio lacado, ya que aporta luminosidad y estéticamente combina con cualquier tipo de lona, sin embargo, cada vez son más los que se deciden por innovar y elegir un color  que proporcione a su toldo una nota de elegancia y buen gusto.

Esto adquiere mayor importancia cuando hablamos de un negocio. Elegir el color del lacado del perfil de aluminio de nuestro toldo es primordial para empresas que tienen un color corporativo. Si tenemos la oportunidad de que éste aparezca también en nuestro toldo, ¿por qué no hacerlo y de esta forma ser identificados más fácilmente? No debemos olvidar, que en muchas ocasiones, son los pequeños detalles los que nos dan ese toque de distinción, que nos permite destacar respecto de nuestros competidores, ser identificados y llamar la atención de nuestros clientes potenciales.

aluminio lacado

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