EL CUIDADO DEL TOLDO

El cuidado del toldo es importante para que cuando comience el verano y aumenten las horas de sol, no nos encontremos con sorpresas desagradables como que la lona se ha enmohecido o se nos está descosiendo. O quizás también que los brazos o la máquina de recoger no funcione de la manera adecuada. Cualquier toldo es susceptible de que se rompa alguno de sus componentes, desde graduarlo o cambiar los brazos hasta sustituir un cable, una cadena o las máquinas y por supuesto la lona. Por eso, el mantenimiento y cuidado del toldo es necesario para que su vida útil se prolongue.

 

En este mes de diciembre, a punto de entrar en invierno y con los primeros fríos, lo que realmente se agradece es el sol, y a veces nos olvidamos del toldo durante algunos meses, pero no debemos tener en cuenta que en Alicante y alrededores, debido a su situación geográfica y clima soleado, el cuidado del toldo es indispensable, ya que éste es un elemento esencial en nuestros hogares, evitando que la luz sea demasiado intensa y favoreciendo la regulación de la temperatura.

Así pues, del cuidado del toldo va a depender de su mantenimiento, y aunque tengan una vida limitada debido sobre todo a los agentes atmosféricos y su duración sea de 10 a 15 años, es necesario seguir una serie de pautas para que se conserve en el mejor estado posible a través de los años:

• Recoger el toldo en caso de lluvia, aunque todas las lonas tienen una capa de impermeabilizante por donde resbala el agua, en caso de lluvia constante el tejido se mojará. También debemos recogerlo cuando haya vientos fuertes, ya que los brazos se desnivelan y la lona se deforma.
• No enrollar el toldo estando húmedo a menos que sea imprescindible y en este caso debemos desenrollarlo más tarde para que se seque.
• Eliminar la suciedad utilizando un cepillo suave cuidando de no dañar el tejido. Se debe evitar frotar el tejido demasiado fuerte.
• Las manchas se pueden limpiar utilizando un cepillo suave y con agua templada, tratando la lona con cuidado. Nunca debemos usar detergentes ni productos de limpieza, son demasiado agresivos y podrían desprender y dañar el tejido o su recubrimiento.
• Los cepillos, esponjas, y trapos que se usen para limpiar deben ser suaves y no deben tener ninguna superficie dura ni rasposa